lunes, 5 de noviembre de 2018

MUERTES de Liquideo



El nino, el chico y el gringo, como si fuese el título de un western, así son los nombres de estos tres líquidos que componen la serie “Muertes” de Liquideo. Una serie muy dulce que se mueve entre la repostería y la confitería, mejor dicho anda entre anaqueles de quiosco. Son jugos sencillos pero divertidos, peculiares, golosos, también coloridos y sobre todo originales, tienen los tres un punto muy interesante.

Si el responsable artístico de Liquideo, en concreto quien tiene la responsabilidad de describir sus jugos fuese una persona madura y hubiese conocido los quioscos de este país hace unas décadas, las descripciones no tendrían nada que ver con lo que podemos leer en su web, no porque este mal, sino porque las referencias serian otras, ahora bien muchos de los jóvenes menores de 30 años no entenderían nada.

Me conozco y por eso no voy a usar las referencias que primero me han venido a la cabeza, que como decía antes son muy retro, muy vintage. Bueno tampoco pasa nada, me voy a tomar algunas libertades, perdonar si alguien no entiende ciertas cosas, pero los vapeadores con más experiencia vital seguro que sí.



El Chico. La web lo describe como un macarón de almendra, bien, nada que objetar. A mí me recuerda un barquillo que se vendía en quioscos y puestos de golosinas ambulantes, era muy esponjoso y crujiente, estaba relleno de una crema especie de chantilly. Seguramente el barquillo tenía una composición similar a la del macarón, con su almendra y todo (lo de todo en este caso, se referiría a lo escaso de todo). Me ha gustado, recrear este sabor aun de forma casual tiene su aquel y me ha predispuesto a una cata un tanto especial.




El Gringo. Acepto también como el anterior, la escueta descripción que Liquideo hace de este jugo “una verdadera fruta roja de fuegos artificiales”, bueno lo de fuegos artificiales no lo comparto para nada, aquí se han pasado. Los primeros caramelos con palo que salieron al mercado fueron los Chupa-Chus, tuvieron tanto éxito que muchos confiteros con obradores pequeños, reprodujeron el famoso caramelo y adaptaron sus masas de caramelo a la forma esférica colocándoles el palito (hoy diríamos que eran clones baratos).

 Yo chupaba uno que compraba en el quiosco de mi barrio, que estaba buenísimo, era de color rojo y sabía exactamente como este líquido, yo en aquella época no preguntaba si los caramelos eran de cereza, fresa o frutas del bosque, solo me importaba que estuvieran ricos. Ahora con lo líquidos nos hemos vuelto todos unos sibaritas. Que cosas.




El Nino.Con este jugo me pasa todo lo contrario que con los anteriores, no tengo referencias, ni pasadas, ni actuales, ni creo que la vaya a tener en un futuro, a mi pesar.

El fabricante cuando habla de este jugo y de su sabor, hace referencia al pandan vainilla. El pandan es una planta de hoja parecida al puerro, muy común y usada en los países asiáticos, por lo que he leído tiene un sabor herbáceo con matices a vainilla, es más, allí se utiliza como los occidentales hacen con la vinilla, pero también tiene unas peculiares notas tropicales, incluso a coco.

Ahora mismo lo estoy vapeando y si tiene ese sabor herbáceo, me recuerda mucho a un tabaquil de “DivineCouds”, porque también en alguna ocasión lo he llegado a definir este matiz, como a tabaco fermentado u hoja en verde, es un aroma muy paculiar, pero aparte de esto la vainilla está muy presente y un dulzor frutal muy curioso que lo redondea. No es de los líquidos que yo vapearia a diario, pero si ciertamente agradable para saborear puntualmente por lo complejo y curioso.

Desearos un feliz y rico vapeo.

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