Una buena reinterpretación de un parfait. Dos recetas con
una misma base, mejor dicho una buena receta con dos frutas distintas, que como
resultado dan dos postres muy buenos con la misma base gustativa.
La traducción de la palabra francesa “parfait”, es perfecto,
pero también se denomina así a un antiguo postre francés, en Estados
Unidos se conoce como la combinación de
frutas y helado.
Os escribo al tiempo de dos líquidos, porque realmente son
iguales, la receta es la misma, únicamente cambia la fruta base, uno es de
mango y el otro de melocotón. Los dos son sumamente sabrosos, pero matizare más
adelante alguna cosa.
He de decir que la o las recetas de la parfait, son
realmente sencillas y que la interpretación que se hace en estos jugos, es más
compleja, hasta el punto de que yo no la
definiría así, entiendo que comercialmente pueda ser referenciada mejor con
este nombre.
La base es un cremoso yogur griego, galleta de mantequilla,
un toque muy rico de vainilla y la fruta correspondiente. El resultado es un
jugo muy sabroso, sedoso, de dulzor justo y donde predomina la fruta.
El de mango es más potente, pero realmente es como la fruta,
esta, en su estado óptimo de madurez es muy sabrosa y dulce. El melocotón más
suave y sutil, pero estos líquidos, ambos, están realmente ricos y nos
transmiten las sensaciones frutales, tal y como las conocemos en su mejor
estado de maduración, el resto de los componentes de la receta, añaden
complejidad y muchos matices en boca, sobre todo lácteos. El yogur y la
mantequilla, le aportan cremosidad, originalidad y hacen que se fijen los
sabores en boca, manteniendo un retrogusto largo, esencial para degustar
cualquier tipo de líquido.
Para mí una buena receta pastelera en cualquiera de los
sabores, para tener muy en cuenta si nos los encontramos en la carta de nuestra
tienda habitual, solo tendremos que decidir por la fruta, creo que hay tres
sabores disponibles los dos que he probado yo y de los que os escribo y a
mayores el de fresa.
En cuanto al maridaje de estos jugos, deciros que casan
sobretodo y de forma perfecta con lácteos, tanto bebidas (sobre todo batidos
frutales), zumos de frutas, helados y cualquier tipo de repostería. Nunca
acompañaría con vino o cerveza, ni licores a no ser que tengan una base
afrutada, que convine bien con la fruta del postre en sí.
En cualquier caso
están tan ricos, que a cualquier hora que apetezca una bocanada dulce, son una
buena opción. Son fáciles de vapear y solo es cuestión de elegir la fruta que
más nos guste.
Hasta el próximo artículo, mis más sinceros deseos de que
disfrutéis de un rico vapeo.
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